Fiorella Navarro compartió una experiencia intensa que vivió con su hija Adriana. Relató que, tras presentar fiebre, la pequeña sufrió un episodio convulsivo que provocó gran angustia en la familia. Fiorella recordó que no era la primera vez que enfrentaba una situación similar, ya que años atrás había pasado algo parecido con su otra hija, Valeria.
En su testimonio, Fiorella describe la desesperación y el miedo que sintió al encontrar a su hija en el suelo, con los labios morados y movimientos involuntarios, lo que la llevó a actuar rápidamente para buscar ayuda. A pesar de los temores iniciales ante posibles diagnósticos graves, finalmente se confirmó que todo había sido causado por un virus, algo que agradeció profundamente.
También reflexiona sobre la importancia de estar preparados para emergencias médicas, especialmente porque, según menciona, cerca del 40% de los niños dentro del espectro autista pueden experimentar convulsiones en algún momento de su vida. Reconoce que mantener la calma es fundamental y expresa su intención de capacitarse en primeros auxilios para actuar mejor en el futuro.
Fiorella concluye su relato animando a otros padres a tomar conciencia sobre estos eventos y a recordar que, aunque es difícil, es vital no dejarse dominar por el pánico.
Prepararse para lo imprevisto: el valor de la calma en momentos de crisis